miércoles, 20 de junio de 2012

Tardes de invierno

En el corazón, las cosas funcionan de otro modo. No sé si más cruel, más ingenuo, o simplemente más pseudo-hemofílico. Que algo haya dejado de doler no significa que el daño esté reparado o que la herida esté curada. Simplemente significa que has aplicado buenos calmantes, pero no te librarás de volver a sentir ese dolor, aunque sea después de muchos meses, incluso años. Sólo hace falta un recuerdo, una canción, un lugar, un pequeño cambio en la dirección del viento para que todo el montaje vuelva a caer, y tú con él. Algo tan sencillo como la irrecuperabilidad puede doler más que la propia muerte. Y sí, aunque parezca gilipollas, masoquista o un puto inepto del aprendizaje emocional, seguiré defendiendo que amar y dejarse amar por alguien es lo más bello que se puede hacer en la vida, aunque después duela más de lo que se puede soportar.

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