sábado, 26 de marzo de 2011

Espartanos traidores

Huyamos de esos espartanos traidores,
de esos dioses que nos abandonaron.
Di adiós al Olimpo y ven a mi barco fenicio,
que su ojo de Osiris nos proteja en la noche
y que sus velas nos lleven lo más lejos posible;
que el viento del mediterráneo nos empuje
hacia tierras lejanas donde nadie te intente convencer
de que la vida es mentira y que la luna es un sapo
que observa indiferente en lo alto del cielo.
Déjame llevarte a un lugar donde nadie te mirará
desde el otro lado de una ventana oscura
ni te gritará para decirte que perdiste la fortuna;
déjame quererte, déjame tenerte, confía en mi,
que el mar es bravo, pero yo soy buen marinero.
Espartanos traidores.

jueves, 17 de marzo de 2011

Recuerdos del pasado 20 de junio...

Andaba yo hasta los mismísimos por aquel entonces, terminando el curso y deseando alejarme de todo...  y lo hice :)  Aquí dejo un enlace a la entrada en la que escribí ciertas cosas que entonces me quemaban, la considero una buena entrada, aunque antigua y un poco larga, pero mola leerla:

sábado, 12 de marzo de 2011

UN AÑO CON ESTE BLOG A CUESTAS

Cuánto tiempo sin escribir...   ahora que lo pienso, exactamente por estas fechas hace justo un año que publiqué mi primera entrada en este blog. Tenía otro nombre: "Just looking for the truth"; recuerdo que dos o tres meses después cambié el nombre y el dominio a "En contra de los tiempos", y hasta ahora.
¿Y qué es lo mejor que tengo que decir después de un año? Fumar no mola. Qué quedó de ese propósito de año nuevo, "I won't start smoking"...  todavía no es tarde.
Haciendo memoria, recuerdo que empecé a escribir este blog por diversión, por compartir en la intimidad lo que a nadie me atrevía a decir directamente, pero sí dejando que otros me leyeran. Me puse a seguir unos cuantos blogs; yo empecé con tres seguidores, y ahora quince, no está mal. A mí me vale. Después esto de escribir se convirtió en una especie de necesidad, un vicio, una vía de escape para quien quisiera leer mis aburridas líneas, y para mi sorpresa, había quien disfrutaba leyendo mis pajas mentales y demás memeces. Allá atrás quedan aquellas pequeñas "reflexiones" sobre la libertad, la verdad, la tristeza, la soledad...  andaba rodeado de amigos, de follones, de quedadas, de fotos, de malos rollos, de esperanzas...  Terminando un bonito curso, 4º de la ESO, que aunque acabó de forma un poco atropellada y con ciertos rincones de sombra, siempre recordaré como un curso memorable por todo lo bueno que me dio en ciertos sentidos, sobre todo por ese famoso viaje, "Salou 2010", que dentro de no mucho describiré en una entrada en plan nostálgico, por si a alguien le trae recuerdos. Empezaron los ensayos con un grupo que se desmoronó igual que se había formado: lentamente. Empezaron las injusticias escolares de la misma forma en que se esfumaron: lentamente. Empezaron los días de soledad de la misma forma en que debían empezar, lentamente...  pero no como acabaron. Acabaron de sopetón, de la noche a la mañana, en cuestión de unos días, allá por octubre-noviembre del pasado año :)
Un verano sin ninguna expectativa, sin prisas, sin ganas de ver casi a nadie, sólo de tocar mi guitarra en la intimidad, ganas de escapar de todo, de que algo cambiara...  y cambió. Ya lo creo que cambió.
Pero aun así, aunque el curso se vio sombreado en esos ciertos sentidos, también tuvo puntos de luz. Uno de ellos, quizá no el principal, pero sí el más importante, fue esa complicidad en la que anduvimos un par de amigos y yo, una señora llamada Blanca y yo, un señorito llamado Jota y yo, otro señorito llamado Pablo y yo, y los odios transitorios a ciertas personas descritas en cierta entrada escrita en cierto momento en que me harté de todo, justo antes de que nos dieran las notas finales y nos mandaran a nuestra casa. No recuerdo haber tenido vacaciones más deseadas que las del curso pasado; aquella semana a mis anchas por el paseo marítimo, disfrutando del pescaíto malagueño y la cultura hotelera (cama-tumbona, tumbona-comedor, comedor-playa, playa-cama...); después unas semanas de tranquilidad absoluta en mi soledad por Madrid y después, y para rematar y estropearlo todo, cierto período amargo en tierras del Este que parecía no acabar nunca. Sólo entonces cambiaron de verdad las cosas. A partir de ese momento, con el inicio del nuevo curso, con los compañeros de siempre y los nuevos (ahora siguen siendo los de siempre, no hay sitio para los nuevos, no esta vez), con las innovaciones en las asignaturas, con los recuerdos y las fotos de todo un año memorable por los brillos en medio de la noche, con esa esperanza que nunca se apagó y que al final encontró su recompensa, esa esperanza alargada en el tiempo que me hizo convertirme en quien no era...  y por extraño que parezca, el fin de esa esperanza amarga me devolvió a lo que yo siempre fui y he querido seguir siendo, esa persona que siempre tiene algún motivo para sonreír y a la vez otro para estar serio, sin nada que me hiciera llorar. Y gracias a eso nuevo que llegó, puedo presumir de no haber cambiado lo que fui desde siempre. Aunque esa persona que llegó a mi vida haya supuesto algo completamente nuevo y que, se supone que debería haberme cambiado radicalmente, sólo lo ha hecho en parte. ¿En qué parte? En la de devolverme la felicidad y la esperanza de pensar que todo merece la pena, pase lo que pase. Pero en lo demás no me cambió, y nada podría hacerlo. Me siguen haciendo gracia la misma clase de chistes, me siguen deprimiendo los mismos temas, me siguen gustando las películas de vaqueros y de la Segunda Guerra Mundial, me siguen calentando las mismas injusticias, sigo defendiendo lo que antes defendía, sigo siendo fan número uno de Amaral, sigo teniendo curiosidad por otros ciertos temas, sigo siendo adicto al telediario de las 3, sigo pensando en mis lecturas nocturnas...  así que no te preocupes, pequeña, que tu 'Alees' no ha cambiado ni lo va a hacer...
Cuando una persona te dice que no cambies (y ese fue en primer lugar mi tío Fernando) es porque hay algo en ti que realmente tiene un valor que no debe marcharse; es porque hay algo en ti que te hace diferente del resto, algo que esa persona admira en ti...  y cuando te lo dice una segunda persona, ya no puedes dudarlo ni un instante. Solución: no cambies. Dificultad: no importa la dificultad. Por tanto, es pan comido, y más cuando hay alguien que me importa...  y no sólo eso. También por mi mismo; creo que yo también he aprendido a valorar lo que no quiero ni quieren que deje de ser. Y así se mantendrá. Sigo utilizando el mismo perfume.

Pero regresando al tema, y dando por concluida la entrada, que no quiero que esto se convierta en otro "repaso" del 2010, simplemente decir eso; que este blog cumple un año y estoy orgulloso de haberlo creado y del progreso que ha seguido.
A los lectores y seguidores, espero que hasta ahora hayáis disfrutado con mis entradas y mis descarrilamientos en esto de la "teenage", que me sigue quedando pequeña, pero me encanta escribirla.
A esa persona por la cual empecé a escribir todo esto, gracias por ayudarme a creer que es posible hacer algo especial a largo plazo. Ahora lo he comprobado, y no sólo me refiero al blog. Gracias :)
A mon père, después de meterte tanto entre mis líneas, supongo que seguiré haciéndolo, aunque no con tanta frecuencia, pero seguirás dando la lata en los títulos de algunas de mis locuras, sean cuales sean. Yo también te pedí que no cambiaras.
A mis compis y antiguos amigos que siempre me reservaron un sitio en su corazón, desde aquí, y sé que lo van a leer, gracias por quitar parte de toda esa amargura; vosotros también tendréis siempre un sitio en mi pequeño corazón.
A mi chica, que empezó a formar parte de todo esto sin apenas darnos cuenta, y que ha cambiado radicalmente ciertos aspectos de mi vida, también gracias; no por algo en concreto, sino por TODO  al mismo tiempo; por hacerme feliz, por enseñarme que esas historias de amor de las películas no son ciencia ficción, por salvarme del abismo que me esperaba a la vuelta de los meses...  todavía hay muchas canciones que te tengo que dedicar :)

Este tren sigue adelante y por el momento no va a parar; que se suba quien pueda o quien sepa; de momento, los que están a bordo no se van a ir. Ale, un año ya!

martes, 1 de marzo de 2011

La tranquilidad de quererte [ I ]

Qué más puedo pedir, que tener, no a alguien a quien querer y que me quiera, sino tenerte a ti, para quererte y que me quieras. Que no me habría valido con cualquiera, que las demás te quedan a la altura del betún. Que después de años sin haber salido con nadie, sin haber probado los labios de nadie...  queda demostrado que si has roto todo ese tiempo de sequía en mi vida, no puedes ser cualquiera.
Ni falta que hace. Que ya no me quedan dudas. Y si aparecen por algún lado, las miro a los ojos y me río de ellas, porque por primera vez en mucho tiempo, tras mucho pensarlo y tardar en asumirlo, por primera vez en mucho tiempo estoy seguro de algo. Y no es tan fácil que a mi me pase eso. Puede que por fuera parezca una persona segura, que se ríe de los problemas y los torea relajadamente. Puede parecer que lo tengo todo bajo control...  y no siempre es así. Es cierto que me gusta tener cierta tranquilidad para no volverme loco y desesperarme ante cualquier contratiempo...  pero también es cierto que, aunque por fuera no lo parezca, a veces siento cierta inseguridad, como todo el mundo, supongo...  y por eso me alegro, porque me siento realmente seguro de ti, de quererte, de querer estar contigo y de seguir estándolo. Y hoy me apetece sentirme especial, sentirme afortunado porque hayas visto algo en mí, y también eufórico por gozar de esa situación de reciprocidad, de complicidad, de pertenecer a alguien. Y todo eso se resume, de forma clásica pero también de forma única entre nosotros, en un TE QUIERO bien grande, un te quiero cuyo significado sólo entendemos tú y yo.
Y no hagas caso al calendario, ni al pasado, ni a las estadísticas, que las estadísticas sólo sirven para romperlas y para soltarles ese típico "challenge accepted", y desafiarlas de verdad, y el calendario sólo sirve para contar los días que faltan para verte cada vez que el reloj nos separa, y para contar los meses que han pasado desde aquel maravilloso doce del once del diez, que numéricamente es una fecha tan perfecta, [12.11.10.], y también en voz alta. Y sí, pienso tenerlo escrito siempre en mi guitarra. Pase lo que pase. Y si se borra, lo vuelvo a escribir. Y si la pinto, lo escribo en otro color, pero en mi guitarra, y en las futuras, siempre habrá alguna sección de madera sobre la que se pueda leer esa fecha, la nuestra.
Tranquilidad es eso que llevaba tanto tiempo sin sentir, ni solo ni con nadie. Sólo queda lugar para estar orgulloso de quererte, y no arrepentirme ni de broma. Y esto no es un venazo que me haya dado por escuchar una canción alegre. Por eso la entrada lleva al final del título ese "I", porque escribiré más con el mismo título a lo largo del tiempo, ya que esa tranquilidad no es puntual.
Tranquilidad es eso que me recorre cuando estoy a tu lado, cuando me quitas el frío en medio de una lluviosa tarde de invierno, cuando me das calor en esa habitación infernal donde los termómetros se perderían, cuando estallo en pedazos al besarte, cuando mi mente se traslada y consigue escapar, sólo a tu lado, de ese mundo pesimista y degradado que me aterraba antes de conocerte, eso que me recorre cuando simplemente pienso en ti y me dices que me quieres, cuando me llamas a cualquier hora para decirme lo que sea, eso que me recorre al oír tu voz, al recordarla, al ver tus ojos, al oler tu perfume, tu pelo...   y sobre todo, la tranquilidad es lo que me da por sentir cuando tanteo esa preciosa intención que tenemos de salir juntos de toda esta mierda que nos rodea desde lejos y marcharnos más lejos aún, a un sitio donde las cosas no se hagan mal, donde nadie nos quite nuestra libertad y donde nadie nos separe jamás, porque es posible, y lo vamos a cumplir, ¿me oyes? Que el tiempo no es ningún impedimento si nos queremos de verdad, y eso por mi parte está más que cumplido. Que no soy ningún kamikaze cuando decido enrolarme contigo en este barco que vamos a capitanear juntos y cuando decido que no me voy a lanzar a la marea ni voy a dejar que te caigas; ya te dije una vez que el oleaje no va a ser suficiente para que caigamos. Que el casco y los cabos de este barco pueden con todo, que lo hemos construido juntos, y nosotros somos buenos constructores cuando nos juntamos. Ni los mejores ingenieros navales nos superan, por muchos ángulos y vectores que quieran plasmar sobre un papel. Que nuestro papel está en todos lados, y por mucho viento que haga, los planos siempre quedarán en algún lado. Por mucho que llueva, siempre quedará algún sitio donde consultar esa realidad, esa que dice que tú y yo hemos diseñado eso tan hermoso que reside en nuestros labios, en nuestros brazos y en nuestros abrazos, en nuestras palabras, y por si se las lleva el viento, en nuestros actos. Lo vamos a cumplir y punto. Y cuando se acerque el momento de romper con todos esos que nunca creyeron en el amor, les daremos bien fuerte en los morros, y les dejaremos ahí abajo con su tristeza y su amargura, y saldremos corriendo en cualquier dirección, hacia nuestro destino premeditado, a la ciudad del amor, a la ciudad de los escultores, la de los cantantes, la de los pintores, la de los escritores, y la de todos esos que nos escriben poemas y canciones con los que dormimos cada noche, con los que soñamos cada día...   aunque todo eso se terminará algún día no muy lejano. ¿Y sabes qué día? El día 9 de abril de 2013, cuando te despiertes escuchando Dreams y escuches mi voz diciéndote al oído y en voz baja que lo hemos logrado y que ha merecido la pena. Ese día teminarán nuestras noches de poemas y canciones, y empezarán las de sonrisas y susurros al oído, pero sin teléfonos de por medio; susurros al oído en vivo y en directo, cada noche, sin esperar a las nueve y media, sin esperar al fin de semana; empezarán las noches de pasar calor y las de sentir esa placentera sensación en nuestra cabeza, esa sensación de "lo hemos logrado", esa sensación que sólo quiero tener contigo, lo vamos a cumplir, ¿me oyes?
Y no te preocupes por el tiempo, que todo ese tiempo previo sólo servirá para hacerlo todo más especial. Te lo digo yo, que aunque soy un poco cabezón y un niñato, hay algo en lo que no fallo nunca, y en lo que soy experto cuando se me mete algo en la cabeza, y es precisamente en cumplir mi palabra. ¿Y qué si soy un viva la vida? ¡Pues viva la vida!, que ya es hora de demostrar a la gente que las cosas son posibles, joder! Que ya está bien de sueños rotos y de almohadas empapadas de lágrimas. Que ya está bien de tópicos y de canciones de desamor y soledad. Y si aún no lo has visto, deja que yo te lo enseñe, que siempre hay lugar para aprender cosas nuevas, todas las que se pueda.

Entrada terminada, pero no completamente. Como solemos decir, abriré un paréntesis, un pequeño paréntesis. Hasta que lo vuelva a cerrar, te escribo desde aquí, como ya sabes, que me tienes pillado, y que no te voy a dejar escapar. No desaparezcas.

Te quiero.