Qué más puedo pedir, que tener, no a alguien a quien querer y que me quiera, sino tenerte a ti, para quererte y que me quieras. Que no me habría valido con cualquiera, que las demás te quedan a la altura del betún. Que después de años sin haber salido con nadie, sin haber probado los labios de nadie... queda demostrado que si has roto todo ese tiempo de sequía en mi vida, no puedes ser cualquiera.
Ni falta que hace. Que ya no me quedan dudas. Y si aparecen por algún lado, las miro a los ojos y me río de ellas, porque por primera vez en mucho tiempo, tras mucho pensarlo y tardar en asumirlo, por primera vez en mucho tiempo estoy seguro de algo. Y no es tan fácil que a mi me pase eso. Puede que por fuera parezca una persona segura, que se ríe de los problemas y los torea relajadamente. Puede parecer que lo tengo todo bajo control... y no siempre es así. Es cierto que me gusta tener cierta tranquilidad para no volverme loco y desesperarme ante cualquier contratiempo... pero también es cierto que, aunque por fuera no lo parezca, a veces siento cierta inseguridad, como todo el mundo, supongo... y por eso me alegro, porque me siento realmente seguro de ti, de quererte, de querer estar contigo y de seguir estándolo. Y hoy me apetece sentirme especial, sentirme afortunado porque hayas visto algo en mí, y también eufórico por gozar de esa situación de reciprocidad, de complicidad, de pertenecer a alguien. Y todo eso se resume, de forma clásica pero también de forma única entre nosotros, en un TE QUIERO bien grande, un te quiero cuyo significado sólo entendemos tú y yo.
Y no hagas caso al calendario, ni al pasado, ni a las estadísticas, que las estadísticas sólo sirven para romperlas y para soltarles ese típico "challenge accepted", y desafiarlas de verdad, y el calendario sólo sirve para contar los días que faltan para verte cada vez que el reloj nos separa, y para contar los meses que han pasado desde aquel maravilloso doce del once del diez, que numéricamente es una fecha tan perfecta, [12.11.10.], y también en voz alta. Y sí, pienso tenerlo escrito siempre en mi guitarra. Pase lo que pase. Y si se borra, lo vuelvo a escribir. Y si la pinto, lo escribo en otro color, pero en mi guitarra, y en las futuras, siempre habrá alguna sección de madera sobre la que se pueda leer esa fecha, la nuestra.
Tranquilidad es eso que llevaba tanto tiempo sin sentir, ni solo ni con nadie. Sólo queda lugar para estar orgulloso de quererte, y no arrepentirme ni de broma. Y esto no es un venazo que me haya dado por escuchar una canción alegre. Por eso la entrada lleva al final del título ese "I", porque escribiré más con el mismo título a lo largo del tiempo, ya que esa tranquilidad no es puntual.
Tranquilidad es eso que me recorre cuando estoy a tu lado, cuando me quitas el frío en medio de una lluviosa tarde de invierno, cuando me das calor en esa habitación infernal donde los termómetros se perderían, cuando estallo en pedazos al besarte, cuando mi mente se traslada y consigue escapar, sólo a tu lado, de ese mundo pesimista y degradado que me aterraba antes de conocerte, eso que me recorre cuando simplemente pienso en ti y me dices que me quieres, cuando me llamas a cualquier hora para decirme lo que sea, eso que me recorre al oír tu voz, al recordarla, al ver tus ojos, al oler tu perfume, tu pelo... y sobre todo, la tranquilidad es lo que me da por sentir cuando tanteo esa preciosa intención que tenemos de salir juntos de toda esta mierda que nos rodea desde lejos y marcharnos más lejos aún, a un sitio donde las cosas no se hagan mal, donde nadie nos quite nuestra libertad y donde nadie nos separe jamás, porque es posible, y lo vamos a cumplir, ¿me oyes? Que el tiempo no es ningún impedimento si nos queremos de verdad, y eso por mi parte está más que cumplido. Que no soy ningún kamikaze cuando decido enrolarme contigo en este barco que vamos a capitanear juntos y cuando decido que no me voy a lanzar a la marea ni voy a dejar que te caigas; ya te dije una vez que el oleaje no va a ser suficiente para que caigamos. Que el casco y los cabos de este barco pueden con todo, que lo hemos construido juntos, y nosotros somos buenos constructores cuando nos juntamos. Ni los mejores ingenieros navales nos superan, por muchos ángulos y vectores que quieran plasmar sobre un papel. Que nuestro papel está en todos lados, y por mucho viento que haga, los planos siempre quedarán en algún lado. Por mucho que llueva, siempre quedará algún sitio donde consultar esa realidad, esa que dice que tú y yo hemos diseñado eso tan hermoso que reside en nuestros labios, en nuestros brazos y en nuestros abrazos, en nuestras palabras, y por si se las lleva el viento, en nuestros actos. Lo vamos a cumplir y punto. Y cuando se acerque el momento de romper con todos esos que nunca creyeron en el amor, les daremos bien fuerte en los morros, y les dejaremos ahí abajo con su tristeza y su amargura, y saldremos corriendo en cualquier dirección, hacia nuestro destino premeditado, a la ciudad del amor, a la ciudad de los escultores, la de los cantantes, la de los pintores, la de los escritores, y la de todos esos que nos escriben poemas y canciones con los que dormimos cada noche, con los que soñamos cada día... aunque todo eso se terminará algún día no muy lejano. ¿Y sabes qué día? El día 9 de abril de 2013, cuando te despiertes escuchando Dreams y escuches mi voz diciéndote al oído y en voz baja que lo hemos logrado y que ha merecido la pena. Ese día teminarán nuestras noches de poemas y canciones, y empezarán las de sonrisas y susurros al oído, pero sin teléfonos de por medio; susurros al oído en vivo y en directo, cada noche, sin esperar a las nueve y media, sin esperar al fin de semana; empezarán las noches de pasar calor y las de sentir esa placentera sensación en nuestra cabeza, esa sensación de "lo hemos logrado", esa sensación que sólo quiero tener contigo, lo vamos a cumplir, ¿me oyes?
Y no te preocupes por el tiempo, que todo ese tiempo previo sólo servirá para hacerlo todo más especial. Te lo digo yo, que aunque soy un poco cabezón y un niñato, hay algo en lo que no fallo nunca, y en lo que soy experto cuando se me mete algo en la cabeza, y es precisamente en cumplir mi palabra. ¿Y qué si soy un viva la vida? ¡Pues viva la vida!, que ya es hora de demostrar a la gente que las cosas son posibles, joder! Que ya está bien de sueños rotos y de almohadas empapadas de lágrimas. Que ya está bien de tópicos y de canciones de desamor y soledad. Y si aún no lo has visto, deja que yo te lo enseñe, que siempre hay lugar para aprender cosas nuevas, todas las que se pueda.
Entrada terminada, pero no completamente. Como solemos decir, abriré un paréntesis, un pequeño paréntesis. Hasta que lo vuelva a cerrar, te escribo desde aquí, como ya sabes, que me tienes pillado, y que no te voy a dejar escapar. No desaparezcas.
Te quiero.
No hay comentarios:
Publicar un comentario