sábado, 2 de abril de 2011

Es sólo una canción

Es sólo una canción para calmar mi corazón; lo que yo quiero, lo que yo siento...


Sólo una canción, sólo Rock and Roll, sólo un poco de Amaral, un ratito de Los Secretos, de Nacha Pop, un pelín de Revólver, un flís de Bob Dylan, otro poco de Amaral y un resquicio de Dire Straits.
Qué más hace falta si suena algo de cualquiera de esos que acabo de nombrar...

Cosas buenas, cosas no tan buenas; unas más bonitas que otras, otras más asombrosas que las primeras... pero eso sí, siempre con la mirada clavada en el horizonte y siempre tirando pa' alante.
Un día de repente te levantas con ganas de sufrir un poquito, incluso sin sufrir, pero de recordar tiempos pasados, tiempos no siempre mejores; de hecho, a mí me pasa lo contrario que a Jorge Manrique, cuando decía "cualquiera tiempo pasado fue mejor"; pues no señor, yo no encajo en eso. Para mí, salvo raras excepciones, cualquiera tiempo pasado fue peor; no sé si soy el único que consigue progresar a base de insistir en sus propósitos...  pero la verdad es que tiendo a ir a mejor, o al menos eso me parece. No sé si por méritos propios o por coincidencias de ese destino en el que nunca he creído, pero no me arrepiento de nada, ni echo de menos tantas cosas como debería, como hace el resto de la gente...  ya no. Pero en fin, te levantas con ganas de volver al pasado, aunque sea durante un rato, ganas de darte un paseo por algún año anterior, darte una vuelta por allí y recordar cómo eran las cosas; te pones a mirar algunas fotos, te pones una canción específica, alguna que sabes que te va a devolver al instante preciso al que quieres llegar, hueles ese perfume que olías por aquel entonces y por aquellos lugares...  y ya está. Es fácil llegar al pasado, si sabes cómo. Ya estás allí. Entre las fotos, las canciones, los olores y los recuerdos, no hace falta ningún segundo Einstein que invente una máquina del tiempo, de esas que, con introducir una fecha y mover una palanca, te llevan al pasado o al futuro. La máquina del tiempo ya está inventada; yo lo descubrí hace mucho, pero me di cuenta cuando escribí aquella entrada después de encontrar mi extraviado disco de Smallville, el de Talon Mix; viajé al pasado como no lo había hecho antes, o al menos no con aquella intensidad. ¿Y qué? Pues que de vez en cuando apetece. Ya digo que no es por echar de menos nada, ni por arrepentirme de nada; simplemente apetece recordarlo. Ni fueron tiempos mejores, ni necesariamente peores, no siempre. Simplemente fueron "tiempos", tiempos distintos en los que yo era el mismo, pero en otro escenario.
Otro igual; Jean Paul Sartre, ese francés estrábico y solitario que dijo en una ocasión: "El hombre es él y sus circunstancias; cambiemos las circunstancias y cambiaremos al hombre"; pues sí, estoy de acuerdo, pero sólo en parte. Claro que la forma y el comportamiento de una persona dependen del ambiente y la situación en que se encuentre...  pero precisamente ahí es donde reside la autenticidad de esa persona. La capacidad que tiene uno de seguir siendo el mismo, por mucho que cambien las cosas a su alrededor. Y puede que yo, después de todo, no haya cambiado tanto.
Me sigo reconociendo a mí mismo, y los demás lo siguen haciendo. Eso es lo que importa. El problema es que hay personas a las que ya no reconozco...  pero eso no es problema mío. Si los demás quieren cambiar, adelante. Yo no lo voy a hacer, como no lo he hecho nunca.

Y mientras tanto, siguen sonando las canciones, sigue aquí ese olor penetrante, siguen por ahí esas fotos de días más sombríos...  y pensar que todo esto sólo es cuestión de química, de enlaces sinápticos, de células, de átomos, de sustancias, de elementos...  cuestión de canciones.

Es sólo una canción!

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