sábado, 23 de febrero de 2013

Una muerte sin resolver

Una de las cosas más dolorosas que puede conocer una mente es el remordimiento incompleto de haber dejado algo a medias, de haber permitido que algo fuera absorbido por el limbo de la más irresoluble incertidumbre en un momento determinado. No es un dolor intenso, no. Es peor. Es un dolor eterno, creciente con el paso del tiempo, y con ello más difícil de resolver. Casi  siempre suele haber dos partes implicadas, pero esto también es un cuchillo de doble filo. La otra persona comparte la responsabilidad de haber permitido este abandono, pero también comparte el sufrimiento, tan cierto como el brillo de sus ojos al llorar, de recordar lo que dejó de ser, sin haberlo hecho del todo, y de lo cual tú no dejas de ser responsable. Algo a medias. Algo que no puedes decir que haya terminado, pero mucho menos que siga existiendo. Es una incertidumbre dentro de una certeza intuida. Una certeza dolorosa, partida de un momento, una coyuntura, con nombre y fecha, que desemboca en un espinoso hueco para un deseo frustrado desde su origen, que no verá nunca realizados sus parámetros, pero seguirá existiendo en la línea del tiempo, moribundo, agónico, hiriente, cada vez más ahogado, pero sin nadie que pueda exterminarlo del todo y cerrar de una vez por todas ese libro que fue escrito con un principio, pero sin un desenlace definido, sin un punto y final en la última página.

1 comentario:

  1. Es tan bonito que hasta lo he leído una segunda vez en voz alta. Me ha parecido irresistible. Quizá no es muy común, pero cuando leo algo bonito, lo tengo que leer en voz alta. Es curioso.
    Y lo sabré yo, que soy Doña "Empiezo todo y no termino nada". Empiezo proyectos de todo tipo, también personales, que se quedan, casi siempre, en simples proyectos que no llegan a tener materialización alguna en la realidad. Es una pena, la verdad. Pero ¿qué le voy a hacer? Y sí, es doloroso. Sobre todo cuando es algo personal, porque a veces ya no hay vuelta atrás, ya no puedes volver al punto en el que lo dejaste y retomarlo. Simplemente has de aprender a vivir con ello, a mirar hacia delante y seguir tu vida sin volver la vista atrás.
    No quiero enrollarme demasiado. Sólo quería decirte que tus comentarios me maravillan. Cada vez que leo un comentario tuyo en mi blog me lo tomo muy en serio, y no puedo evitar sentirme muy gratificada al leerlos. Gracias, en serio. A veces una necesita ánimos para seguir escribiendo, y saber que a alguien le gusta, y que te lo diga de tal modo, es importante. Muy significativo. Sólo quería darte las gracias por invertir parte de tu tiempo en leerme. En mi blog siempre, siempre serás bienvenido. ¡Un gran saludo! :)

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