lunes, 9 de mayo de 2011

Lo de Sócrates fue hace mucho tiempo...

Yo no soy Sócrates. A él le juzgaron un grupo de ignorantes envidiosos que lo querían muerto, y cumplieron su propósito. A él le juzgaron por investigar la ciencia y otros asuntos poco teológicos para la época. A él le juzgaron, y lo mataron. Con cicuta. El muy cabrón murió paralizado por ese veneno, y aun así, con dignidad. Murió asumiendo su condena sólo por respeto a la justicia; incluso se defendió en dicho juicio, poniendo verdes a sus acusadores, algo que queda plasmado en la famosa "Apología de Sócrates", escrita por Platón...  pero yo paso de poner tan verdes a mis "acusadores"...  más bien, a mis "barcos hundidos", aunque un poquito azules, eso sí. No son más que barcos hundidos porque pelearon conmigo y perdieron; me involucraron en crueles batallas y los hundí, y ahora, desde el fondo del océano, me miran con desprecio e intentan hundirme, pero olvidan algo que llevo a bordo y que hace que hundirme sea más imposible que meter la polla en el agujero de una lata de Coca-Cola: la indiferencia. Esa cosa impermeable que hace que mi barco y mi encantadora Oficial de Primera sean más que suficiente para salir adelante. No me importa nada más.
Lo único que quiero es que acabe esta mierda de mes (lo siento, porque es mayo, pero salvo por una persona, el mesecito se está coronando!), que llegue junio, que acabe el curso y dejar de ver todas esas caras hipócritas, que a la cara te sonríen, y por la espalda te apuñalan; que acabe el curso y poder dedicarme a pintar, pintar y pintar, acondicionar un poco más el desván y pasarme allí las horas muertas, pintando, fumando y escuchando música.
Ganas de que pasen algunos meses y alejarme de todo esto, de toda esta gente. De toda esta gente que a lo máximo que aspira es a casarse con cualquiera y tener un par de hijos malcriados, meterse en alguna hipoteca insostenible y formar parte del resto de población inconsciente que contribuye al deterioro de los sistemas sociales actuales...  yo, por mi parte, me alejaré todo lo que pueda, con cierta persona, a ver si juntos nos podemos olvidar de todo lo que una vez nos hizo daño, aquí en Madrid.
Lejos, muy lejos, hasta que se acabe la gasolina y paremos a repostar. Y entonces, aún más lejos, donde no nos encuentren, donde no nos sigan el rastro, donde no nos puedan volver a destrozar la vida nunca más.

1 comentario:

  1. que te pasó hombrecillo?
    bah, la gente es a menudo muy imbécil y muchas veces hay que sudar de ello..
    Por cierto me gusta mucho tu forma de pensar :3

    ResponderEliminar