viernes, 4 de junio de 2010

El cielo, la mejor utopía que se puede imaginar.

El "Cielo", exista o no exista, simboliza los deseos ineludibles de las personas por tener la tranquilidad de saber que existe un lugar donde las cosas están bien, donde reina la calma, donde todo el mundo encuentre un hogar, o lo más parecido que entienda por este concepto. Un lugar donde saber que todo no acabará en cualquier momento y donde conservar el amor que todos hemos desarrollado hacia lo que conocemos, a pesar de que los inconvenientes de la vida nos hayan obligado a ocultarlo. Un lugar en el que no tengamos que esconder nuestra personalidad detrás de un montón de sistemas de defensa social para no desmoronarnos ante los ataques de intolerancia que sufrimos constantemente por circunstancias que, por mucho que condenemos, son iguales a las que nosotros provocamos en nuestro beneficio cuando nos conviene. Un lugar en el que no tengamos la oportunidad de herir a nadie, porque nadie querrá herirnos a nosotros, y por tanto, un lugar en el que reine la sinceridad por encima de la desconfianza. En fin, ese llamado "Heaven" donde se cumplen los deseos colectivos de la humanidad y en donde el ser descansará por primera vez en su desde siempre eterna lucha por la supervivencia. Lo que nos gustaría ver después de nuestro "Rest in Peace".

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