sábado, 1 de enero de 2011

Dear 2011 [parte 2/2]


Después de hacer un breve balance, demasiado escueto comparado con lo que el 2010 se merece a la hora de escribir, después de mirar algunas fotos, después de memorar cosas bonitas y enumerar recuerdos como en un telegrama...

Dear 2011:

Recuerdo la carta que escribí al 2010 el día 31 de diciembre de 2009. Llovía a cántaros, lo escuchaba por la ventana; me estaba preparando para la cena de Nochevieja y me dio por publicarle una carta en el Facebook, pidiéndole que no me trajera más amores imposibles, aventuras negadas, sueños rotos...  Le pedí que me trajera un poco de tolerancia, más música, más cultura, descubrimientos, novedades...   aunque eso es lógico, eso lo trae el tiempo...   Y de una manera u otra, estoy bastante orgulloso de este año que acaba de morir, de escurrirse entre nuestros dedos para quedar enterrado en el recuerdo, acurrucado en el hueco que queramos hacerle en nuestro corazón, para sacar una parte de él a la luz cada vez que nos pongamos melancólicos. Se portó bastante bien conmigo; le agradezco hasta los momentos malos...  aunque maltrató un poco mi corazón, meciéndolo entre el amor y el sexo, y finalmente, para rematarme, lo sumergió en una burbuja de amor embriagador que no olvidaré nunca, y eso también es bueno, es lo que hará del 2010 algo inolvidable, y no sólo para mí. Pero ya está bien de recuerdos, que esos los tengo bien presentes en mi cabeza, y los tendré cada día, por lo que han significado en mi vida.
Ahora toca pedirte a ti, 2011...  pero qué te voy a pedir, si ahora me he convertido en una persona que detesta pedir cualquier cosa, pedir perdón, dar las gracias, perdonar, recibir agradecimientos...  Odio toda esa clase de cortesías que hacen sentir bien a la gente; así que no te quiero pedir mucho; traerás lo que yo me busque, así como las personas que anden a mi alrededor, y ya está. Lo que sí te puedo decir son mis deseos, aunque no sean muchos, porque hoy todavía es 1 de enero y no sé lo que me espera en estos 365 días que restan; pero si es por desear...  a parte de que me toque la lotería y demás ilusiones imposibles, deseo que esa persona que apareció en mi vida el 24 de octubre de 2010 no se vaya nunca de mi lado, nunca, nunca, nunca; deseo que traigas algo de paz, que ya empezó a traerme el año pasado, algo de ilusión... aunque, ¿sabes? Eso no me falta. De hecho, me da igual que te vayas a portar bien o mal.
La verdad es que para este año, y no sé muy bien por qué, tengo buenos presentimientos, tengo bastantes expectativas puestas en ti. A pesar de las dificultades que, inexorable y lógicamente se colarán entre tus días, creo que llegarán cosas muy buenas; tengo la esperanza de cumplir una buena parte de mis sueños, al menos los que tengo en el plazo de un año; y creo que lo tuyo va a ser un poco bestia, y estoy seguro de que, al terminar el año, estaré orgulloso de escribirle una carta al 2012 diciéndole que el 2011 fue maravilloso, así que no me decepciones.
Me he vuelto más sincero y, por qué no, más rebelde; ya pocas cosas me dan miedo, pocas cosas me callan... así que no habrá impedimentos estúpidos en ciertos momentos, lo he comprobado ya, y la verdad es que la vida es más cómoda.
Y creo que este derroche de ilusión se debe a ciertos proyectos que he creado, pero proyectos reales, proyectos que voy a realizar con ayuda de buenas personas.

Y lo dejo ya, que creo que este año la carta se me ha atravesado un poco y no consigo escribir nada coherente. De hecho, estoy por borrar toda esta parrafada...  pero después me arrepentiré de no haber publicado nada por estas fechas, así que aquí dejo esto.

[Uno de esos proyectos, aunque no el más importante, pero que igualmente me encanta, es desarrollar otro blog basado en escapadas y excursiones de fin de semana; más adelante publicaré el enlace para quien se quiera suscribir].

Feliz año a todos y que el 2011 merezca la pena!







No hay comentarios:

Publicar un comentario