viernes, 24 de junio de 2011

Sepultura mental

Dicen que los náufragos mantienen algunas de sus costumbres de "precariedad" durante un tiempo después de regresar a la civilización, hasta que se acostumbran. La mayoría ni si quiera consiguen acostumbrarse del todo. Por eso Tom Hanks sigue durmiendo en el suelo, aunque tenga al lado la cama. Te preguntas si a ti también te quedarán secuelas. Claro que sí. Secuelas enormes y traumáticas después de haber estado soportando tanta presión, la suficiente para hacer estallar la cabina de un avión desde fuera. Toda esa presión que te has guardado durante meses como una olla, de esas de hacer cocido. Toda esa presión que nadie ha visto por ningún lado, esa que te has callado como un imbécil, por tu bien, por el de todos.
De repente todo desaparece; más bien, lo haces desaparecer tú. Poco a poco has conseguido ir matando mentalmente a todos esos animales, que de solo pensarlos, te cambia el humor. Poco a poco has conseguido darles sepultura en el transcurso de tu vida, haciendo que dejen de significar para ti algo más que un mal ejemplo, un mal recuerdo. Te quedará una seriedad en la cara para siempre, cierta amargura que sólo se quita con un beso, poco más. Te quedará de por vida esa secuela en la mirada, ese trozo de tu alma que se rompió una vez; una y no más. Tú sigues aquí, vivo, gracias a una persona, y ellos están muertos. Casi todos muertos y enterrados, sólo queda de ellos esa marca en tu mirada. El resto de los que están vivos, los matarás en no mucho tiempo, por eso el hacha de guerra sigue en pie. Nunca se entierra el hacha de guerra, para ellos ya no existe el perdón. Ni si quiera se merecen un cruel adiós.

[A seguir liberando presión].


.

1 comentario:

  1. Es cierto y triste como muchas veces nos callamos nuestro pesar y malestar y tratamos de fingir ante los demas, gran entrada :D

    ResponderEliminar