miércoles, 22 de diciembre de 2010

Una pequeña paja mental casi sin sentido

Que tus sueños lejanos inspirados al escuchar los primeros álbumes de Amaral ahora sean realizables...  tiene sentido; que las canciones norteñas de los Cranberries se hayan instalado ahora en una visión gris de la época ochentera que ha quedado intacta en el barrio de San Blas...  tiene sentido; que hayas dejado de obedecer a todos los estímulos que condicionaban y falsificaban tu comportamiento, y que ahora hayas logrado averiguar cuál es tu verdadera identidad, lejos de todos esos estímulos...  tiene sentido.

Ya lo experimentaste precozmente en tiempos de U2, de J. Hendrix, de The Eagles...  pero aquello sólo fue un entremés, entre el principio y el actual presente. Ya es hora de ir más allá y hacer realidad aquello que imaginabas desde la puerta bloqueada de un coche a 200 km/h; que ahora el acelerador lo vas a pisar tú, que ahora la ruta la vas a decidir tú, que ahora los cafés te los vas a tomar tú...   que ahora el que se va a acostar observando un precioso cielo estrellado con una buena compañía al lado vas a ser tú, que ahora el que va comprar los billetes vas a ser tú.
Antes todo se limitaba a una cara oscura, luces de Navidad sin sonrisa, apartamentos huecos sin otra cosa que lágrimas secas sobre los muebles...  esperanzas borrosas en un futuro inalcanzable, deseos reprimidos originados por decepciones más grandes que tu rabia, silencios más frenéticos que el deseo de salir corriendo, kilómetros más muertos que tu futuro...
...pero el futuro ya está aquí, y no está muerto; de hecho, hay una única cosa que te permite seguir viviendo con la esperanza de que el tiempo no pasa en vano: hacer que el futuro se convierta en presente.
Realizar un sueño no consiste en esperar a que el tiempo pase. Consiste en hacerse a la idea de que el tiempo ha ya pasado, y que va siendo hora de ponerse manos a la obra...  y joder, lo bien que sienta!
"En tal fecha haremos esto...", "algún día iré a no sé dónde...", "algún día haremos esto otro...", pero te das cuenta de que si esperas mucho, te puedes pasar de listo, y puede que ese momento nunca llegue; así que en este caso conviene ser un poco inconformistas, quizá intolerantes, y decir; "qué cojones, ese día es hoy, o mañana, o este finde, pero de ahí no pasa", y si eres capaz de conseguir eso, capaz de hacer que "algún día" se convierta en "mañana", o en "ayer mismo", si eres capaz de eso, eres capaz de todo; lo he demostrado.
A veces parece contradictorio pensar que estamos sumidos en la rutina; esa palabra tan famliar que todos decimos sin pararnos a analizar la fuerza de su significado. "Rutina". Parece que no nos importa, lo decimos con tranquilidad...  pero es una de las cosas más tristes que he conocido. La rutina, esa cosa abstracta de la que hay gente que no se ha planteado salir, esa cosa abstracta que nos roba nuestro tiempo, nuestros sueños, nuestra vida entera...  y a veces sólo somos capaces de ver la felicidad dentro de la rutina, porque si intentamos buscarla fuera, somos infelices, no la vemos...
Y no es fácil tirar la toalla. Hay gente que la ha tirado y encima es capaz de reprocharte lo difícil que le ha resultado...  pero eso da igual, no tiene justificación, lo ha hecho. El mérito lo tiene quien no la tira nunca, quien no se rinde. Ese es el mérito; y normalmente, las personas que más reproches tendrían derecho a hacer, son las que menos hacen, por qué será...
Y ese tiempo tan absurdo que nos hemos inventado los hombres...  eso que transcurre siempre "hacia adelante", y nunca hacia atrás... y que a su vez es tan relativo. Ahí está otra de las claves que he descubierto. En el campo, o "fuera de la rutina", el tiempo transcurre más despacio, muchísimo más despacio. No hace falta salir al espacio y viajar durante diez años a la velocidad de la luz para ralentizar el tiempo a la mitad, como describe la paradoja de los gemelos, tan famosa en la física de mediados del siglo XX; lo único que hace falta es pillar un coche, unos cuantos litros de gasolina, y salir hacia algún lugar, da igual si cerca o lejos, aunque cuanto más lejos mejor...  y a vivir, que es lo único que no hacemos en la vida.
La gente se pasa el día diciendo que "vive" estresada, agobiada, sin tiempo...  eso no es vivir.  Eso es una mierda. Vivir consiste en ser feliz cada minuto, cada segundo, en encontrar sentido a lo que uno hace, donde uno está, en el momento en que esté...  ser feliz consiste en no desear "salir corriendo" a cada instante. Y la gente cree que no, pero eso pasa con mucha frecuencia, más de la que queremos reconocer...  y claro, luego pasa lo que pasa.
Pero ya no me enrollo más, que creo que se me está yendo la pinza con este café y tengo que leerme algunos libros, antes de que estas entradas se conviertan en algo absurdo.

Tengo que ir a Galicia   ¡YA!

No hay comentarios:

Publicar un comentario