domingo, 5 de diciembre de 2010

Y que no te vean llorar.

¿Recuerdas cuando ibas en aquel Nissan Almera Tino, descendiendo un puerto de montaña a las diez de la noche, escuchando "New kid in Town" y medio llorando por alguna razón desconocida?
Pues ahora no vas en un Nissan, pero es mucho peor. Ahora te ha dado con "Pienso en aquella tarde", de Pereza; "Timing is crucial", de Russian Red y "When you're gone", de los Cranberries.
Un doloroso estribillo en todas, absolutamente doloroso. Dicen por ahí que el amor duele, y que si no duele, no es amor...   pues tú, no sé si será amor, pero la verdad es que estás colgadísimo. Definitivamente colgado. Hala, ya se te están desbordando las lágrimas de los ojos. Puto sensible. Que ni los niños lloran así.
No es la falta de experiencia, ya habías estado con otras chicas...  algunas más guarras, otras más romanticonas...    alomejor es la novedad. Que ella es algo nuevo en todo. Algo desconocido y novedoso, algo que no conocías, algo que pensabas que no existía, al menos para ti. Por primera vez en demasiado tiempo, hay algo que no has calculado, algo que no puedes prever...     Antes eras predecible. Estabas de buen humor, de mal humor, triste, alegre...   pero tardaba su tiempo, lo podías regular perfectamente. Ahora no. Ahora eres incapaz de controlar eso que la gente de a pie llama corazón. Pasas de descojonarte de risa a llorar estrepitosamente en menos de dos minutos. Te has vuelto inestable, y eso no es malo, pero tampoco te gusta. Ya no tienes la seguridad de que no te vas a poner a llorar de un momento a otro porque sí, por recordar cualquier cosa o pensar en cualquier cosa. Ahora la echas de menos desde que vuestras miradas dejan de cruzarse. A todas horas preferirías estar con ella antes que estar donde estés, haciendo lo que sea.
Pero joder! Que tú antes tenías un vida, unas actividades, unos gustos, unas prioridades...   y ahora todo eso ha quedado en segundo plano. Todas tus prioridades se reducen a ella y al dolor que te causa no estar con ella o saber que algún día puedes dejar de estarlo.
Joder, que esa mujer viene del espacio exterior, que no es terrestre. Que es perfecta, por fuera y por dentro, que tiene el poder de acaparar toda tu mente y de destrozar tus más elaborados esquemas sobre cualquier aspecto de la vida. Y encima te quiere, se comunica contigo, y con ella tienes cierta confianza y una complicidad que no habías tenido con nadie. Puede que ella sí, y ahora no le resulte tan excepcional...  pero tú, tú estás perdido en un mar de dudas y sentimientos de culpabilidad, porque sigues pensando que no te mereces lo que tienes; aunque ella diga que es una gilipollez, pero sientes que hay cosas que nunca han sido para ti, y toma, a la mierda otro esquema.
Y encima si te da por pensar que no eres lo suficientemente importante para ella, que sólo eres uno más, el que tiene el turno actual, que tú para ella sólo eres un juego, también te equivocas...   pero no quieres mantener la boca cerrada porque te da miedo no ser sincero...  y entonces ella se enfada y tú te quieres morir.
Que parece que tienes diez años y no sabes cómo actuar con ella...    bueno, puede que eso sea verdad. Que la física cuántica y las ecuaciones no sirven para resolver estas cosas...  Que se supone que ella para ti debería ser simplemente otro juego, un entretenimiento, una diversión, un llaverito de fin de semana...  pero de eso nada. Que tu cabeza se lanza al vacío cada vez que ella no te llama y tu corazón se arruga cada vez que no estás a su lado...    adónde iremos a parar.
Punto primero de la depresión, escrito.
Y cuál es el otro. La puta Navidad y la puta mierda de familia (con todas las letras) que tienes. Padres divorciados, abuelos divorciados, los otros abuelos se quedaron en el siglo pasado y sus hijos se odian a muerte. Tu madre te intenta educar mediante prejuicios y entre tus tíos se manifiesta más odio que entre los dos bandos de la Guerra Civil. La organización de cenas y comidas navideñas decae año tras año. Cada vez es más catastrófico y más doloroso ponerse una camisa y salir a hacer el paripé durante un rato para pasar el trago. Que se supone que la gente hace fiestas y quedadas para pasarlo bien y celebrar que están todos juntos...  y en tu familia no hacen más que insultarse, guardarse rencores, decirse gilipolleces.
Que ahora te has dado cuenta de que prefieres cenar solo en tu casa, a oscuras, y ver las campanadas en la televisión sin más compañía que tu perro antes que ir a alguna casa con un denso ambiente en la que te vas a pasar la noche mirando el reloj para saber cuándo podrás salir corriendo. Vaya mierda de ejemplo que te están dando. La concordia, la solidaridad, la comprensión, la tolerancia...   una mierda. A ti lo único que te enseñan es a tener prejuicios, a guardar rencor, a ser vengativo, a no perdonar, a no olvidar...   y así les va. Y lo que más te duele es que sientes vergüenza por tener esa familia.
Que dicen que la Navidad es lo más bonito que puede haber para celebrar en familia...  y si te falta la familia, ni Navidad ni hostias. Lo único que esperas de ese mes el año es el poco dinero que te dan de aguinaldo para gastártelo en tus propios regalos, en algo que sólo quieras tú No debes a nadie ningún agradecimiento y lo único que se merecen todos es perderte de vista. Que lo peor de todo no es tener una mala situación. Lo peor es partir de una buena situación y ver cómo se va degradando todo a medida que pasa el tiempo. Que hay gente que apenas tiene a alguien y es feliz; y tú, con toda la familia que tienes, y lo último que quieres es ver la cara de esos inmaduros que a sus años canosos lo único que han aprendido es a discutir.
Y para dejar de deprimirte al pensar esto, cambias de tema. ¿Cuál? Ella. Hala, otra vez a empezar. Alomejor haces balance y descubres que no te conviene...  que te trae más males que bienes...  que sufres por ella más de lo que puedes soportar...   que te duele pensar que algo puede salir mal y puedes perderla...  y te duele más que otra cosa...  pero ya es demasiado tarde. No puedes hacer ese balance. La decisión está tomada: la quieres, y punto.

Love hurts...  sometimes too much for human beings.



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